Mi labor consiste en diseñar y crear piezas cerámicas con diferentes pastas de arcilla, procesos de construcción y decoración.
Cada una de mis piezas previamente lleva un diseño propio o también puedo plasmar la idea en cuanto al deseo de la persona interesada en las ellas.
Mis tareas en el taller son estas:
Primeramente me ocupo en elaborar el diseño, el cual nace de una evolución que se concreta luego de horas de bocetar, con lápiz y papel, hasta que finalmente logro expresar lo que estoy buscando como resultado: el dibujo que representa lo que quiero crear.
Allí con la pasta de arcilla lo suficientemente estacionada, sigo con la tarea de amasarla en una mesa especial para eso.
Cuando la pasta está en el estado justo para el trabajo específico de construcción que voy a realizar, comienzo a hacerlo.
Es el momento en que construyo el objeto, cada uno lleva su técnica y éstas son diferentes según lo que se desea conseguir. Por ejemplo, una maceta puede hacerse con la técnica de planchas de pasta de arcilla, que es una de las más accesibles en cuanto a lo que cuesta una pieza. Pero existen muchas otras técnicas y todas llevan tiempos distintos, es decir que los costos finales cambian.
Una vez conseguida la pieza en crudo y todavía fresca, le suelo aplicar texturas o impresiones en relieve, para lograr una mayor impresión visual en el acabado.
Sigo con el control del secado, mientras la pulo o afino los detalles importantes, los que van a lograr la delicadeza en la terminación en mi trabajo.
Una vez bien seca va al horno. La llevo a una temperatura de 1040 grados centígrados. Espero como 12 o más horas hasta poder abrir el horno, según la temperatura ambiente, porque ésta influye directamente en el enfriado del mismo.
Preparo todos los materiales para decoración, que pueden ser óxidos terrosos, esmaltes, engobes, pigmentos, etc.
Decoro y llevo nuevamente al horno. Esta vez espero abrirlo para sacar esta vez la pieza terminada.
